En el año que ha pasado desde aquel primer café que compartimos luego de la fiesta, he visto muy poco a Eva, pero igual nos hemos visto. Sin embargo, nada es lo mismo tras su regreso de Vizcaya. Ella siempre me negó que hubiese vuelto a hacer el amor con su marido en el viaje, pero por alguna inexplicable razón esta vez no se lo creí. Lo cierto es que embarazada nuevamente no quedó, pero la suma de circunstancias, me habían hecho reconsiderar si lo que sentía por ella era realmente amor o solamente costumbre y deseos de mantener aquello que había quedado pendiente entre nosotros. Con circunstancias, me refiero a que jamás se movió ni un ápice de su postura de seguir casada con Martín, ni aun cuando yo me divorcié. Además, y aunque pareció dolerle cuando le dije que estaba conociendo a a