Encendí la pequeña calefacción que había comprado. La vecina nos había avisado que la calefacción se había estropeado en todo el edificio y podíamos quedarnos congelados si no nos abrigábamos bien. Cogí la manta y me tumbé en el sofá a ver la televisión antes de hacer la cena. Desde que había pasado lo de Bryan, llevaba y recogía a Stella a la Universidad a pesar de que ella se negaba. A pesar de que ella intentaba evitarme a toda costa, no podía negarse a que hiciese eso por ella. Era mucho más cómodo y se ahorraba dinero. Miré la hora en el móvil, preocupado porque Stella no llegaba. Me había enviado un mensaje diciéndome que no hacía falta que la recogiese hoy, ya que una amiga la acercaría. Solo hacía dos semanas de la muerte de Bryan y aún la sentía triste algún que otro día, como er