**Mis piernas temblaban mientras recorría su piso. Tenía miedo de mí misma, tenía miedo de lo débil que puedo llegar a ser con él, pero hay veces que hay cosas que son inevitables, y supongo que lo que él me hace sentir es una de ellas. **
Su piso no se parece en nada a cómo lo imaginaba. Es un piso sencillo, bastante pequeño, pero muy bien decorado. Observo a mi alrededor y mi mirada se pierde en un cuadro color claro con algunas líneas de colores.
—Lo ha escogido mi hermana, ella fue quien decoro este sitio.— Me dice como si pudiese escuchar mis pensamientos.
Al voltear a verlo, noto que tiene dos copas de vino en la mano. Me entrega una de ellas y sonríe —¿Te gusta el sushi?— Me pregunta con interés.
—Más o menos, pero si eso es lo que hay para almorzar lo acepto.— Digo de la mejo
