Horas después Nunca me acostumbraré a lo increíble que es verle y escucharle hablarle a los nuevos empresarios. Mucho menos conseguiré superar lo que es verlo vestido así de elegante y siendo admirado por todos, es una revolución para mis sentidos, y aquí estoy sentada en el sofá del espacio que le dieron para cambiarse esperando a que mi prometido regrese. La puerta finalmente se abre y su sonrisa al verme es inevitable.—Hola— me dice divertido y sonrió. —Hola, ¿Por qué mejor no cierras la puerta con llave? — Propongo y el verle arquear sus cejas me hace saber que probablemente esté pensando lo mismo que yo. Su mano gira la llave de la puerta, y de inmediato él se acerca a mí –Te he visto disfrutando de la charla y me ha encantado; aunque, no me gusta que estés entre la gente estando