12 de mayo Málaga, España Definitivamente mi debilidad tiene nombre y apellido, y es capaz de convencerme absolutamente de todo; como por ejemplo que estemos aquí en su tierra hasta el día de su cumpleaños. Me encanta venir aquí, de eso no hay duda alguna; sobre todo porque fue aquí donde nos conocimos, pero el estar lejos de la empresa me pone un poco nerviosa. —Anda amor, deja eso y vamos a la playa.— Insiste tal como si fuese un niño y antes de que pueda responderle, él cierra mi laptop haciendo que le mire con enojo. —¡Gael! ¡Que estaba enviando un correo electrónico muy importante! — Me quejo, pero el verle con mi bikini en sus manos hace que me ría. — ¿Piensas cambiarme o qué? — Bromeo y ahora es él quien ríe. —Me encanta la idea cariño, pero mejor vayamos a la playa y en todo c