De acuerdo... me tiemblan las piernas. Gabriel abre la puerta de la casa donde viven los padres de Gael y la que supongo que es la casa donde se reúnen todos para las fiestas y ocasiones especiales. Estoy tan nerviosa que apenas me percato de que mi novio me ha tomado de la mano y la aprieta fuerte. –Todo estará bien. — Me dice al oído y debo mirarle para sonreírle. «¿Cómo es que consigue que siempre me sienta tan bien? Incluso en momentos como este me da seguridad.» —Adelante— dice Gabriel y no queda más que seguir con esto. El salón está vacío, pero las risas que parecen venir del jardín nos dejan saber que todos están allí. Sin soltarme de la mano Gael guía el camino mientras que yo me pierdo en cada hermoso detalle decorativo de esta casa bastante moderna. Mi novio me había coment