Tal vez eran mis prejuicios los que me hacían pensar que una noche buena junto a Gael y su familia sería todo menos normal, claramente me he equivocado. Después de nuestro hermoso día juntos en aquella playa y conociendo algunos otros sitios de Benalmádena, nos hemos ido a cambiar y aquí estoy ahora sentada en el salón de la casa de sus padres con una copa de vino en mi mano y escuchando cómo conversan de tantos temas comunes para el resto. Tecnología, trabajo, política, en fin... La conversación va de un punto al otro y yo solo me quedo escuchándolos, me recuerdan mucho a cuando estaba con mis padres sentados en la mesa cenando. Miro la hora en mi móvil y aun en Miami es temprano. Necesito hablar con ellos un instante y decirles felices fiestas, aunque sea... —Si me disculpan un momento