— ¿Cómo están los tórtolos? — se acercó con pasos apresurados Elizabeth para poder alcanzarlos, mientras estos rondaban por los espacios libres del instituto. — Ya llevan dos semanas — sonrió entusiasmada —, aunque para ustedes eso no debe importar, ¿cierto? Dicho aquello, la pareja cruzaron miradas entre ellos y sonrojaron al instante, mientras eran perseguidos por las risitas picaronas de Elizabeth. Habían pasado dos semanas desde que Alex se había convertido en más que un amigo de Elena. También habían pasado dos semanas desde el extraño incidente del beso con Vincent. Lo ocurrido esa noche todavía no tiene explicación. Luego de haberlo hecho, recapacitando su acto, detallando los tres rostros anonadados que la rodeaban, Elena huyó inmediatamente de su vergüenza y se encerró en la ha