Abigail le dio el número de contacto a la recepcionista del hospital y aunque intentó alejarse para volver con Roy y Charlotte no podía, tenía que quedarse ahí a escuchar, como si eso fuera a reconfortar a Raven, como si de alguna forma la pobre y sin sentido presencia de Abigail a miles de kilómetro de distancia fuera a hacer las cosas diferentes. Mientras tanto, cruzando el océano Atlántico, estaba Raven, acostada en su cama mientras su novio le hacía cariñitos. –Quiero que nos casemos – le dijo Peyton, su novio. Ella lo miro con el ceño fruncido y soltó una carcajada que a él alcanzo a molestarlo, ¿De dónde había sacado esa idea tan extraña? – ¿Por qué me dices esto ahora? – le preguntó ella. –Porque es cierto, quiero que tengamos esto por el resto de nuestras vidas – él acaricio