Abigail volvió a la cabaña en donde Dominic estaba sentado en la cama con la cabeza apoyada entre las manos. Ella se acercó sigilosamente a donde él estaba y soltó un suspiro. –¿Qué fue lo que paso allá afuera? – preguntó ella despacio, recostándose contra una de las paredes, dándole espacio a Dominic, lo que menos quería era importunarlo, ya sabía ella que nada bueno salía de tentar al diablo. –No lo sé – Dominic junto sus manos y negó con la cabeza – no sé qué fue lo que sucedió allá – el hombre aun no lograba comprender porque se había cabreado tanto, es que ¡Joder! Él había golpeado a la mujer de la que estaba enamorado, en ese momento Dominic lo tuvo más claro que nunca, estaba profundamente enamorado de aquella menuda chica que había llegado a su vida a ponerle el mundo patas arri