Abigail abrió los ojos que se sentía todavía demasiado adormilados, y entonces se incorporó levemente en la cama mientras intentaba entender donde era que estaba, la habitación era grande, tenía un closet bastante generoso a la derecha, a la izquierda había un tocador de color blanco repleto de productos para el cuerpo y para la piel, había también un mueble lleno de cajones que ella no había revisado aun, la cama también era grande, y sobre todo, muy cómoda, tenía sabanas gruesas y acogedoras de algodón blanco, y la almohada de plumas era la más cómoda que ella había usado nunca. La habitación era ciertamente bonita, lo era al igual que toda la casa, pero, aun así, la chica no deseaba estar ahí, de hecho, el último lugar en el que desearía haber estado era ahí justo en medio de esas cua