–No puedo creerlo – Gabriel se sentó en la silla de su escritorio, anonadado por todo lo que Abigail le estaba contando – asi que te compro – solto como un suspiró, mientras intentaba procesar toda la información. –Si, me compro – Abigail se recostó en el escritorio del hombre, mientras veia hacia la ventana que estaba en ese momento cerrada. –¿Y porque tu padre lo dejo hacerlo? ¿De verdad crees que él lo hizo por voluntad? ¿Qué tal si Dominic lo amenazó? – cuestiono Gabriel. Abigail chaqueo la lengua, solto una risa sarcástica, y entonces negó con la cabeza. –Me gustaría poder creer eso, me gustaría pensar que mi padre me vendió porque estaba obligado y no tenia otra alternativa, pero se que nadie lo obligo a hacerlo… Se que él lo hizo por el dinero, él mismo me lo dijo. –No me