Capítulo 11. Tan cruel.

1842 Palabras

Rose quería decir algo, pero no sabía realmente que, ¿Disculparse?, eso no parecía que fuera a ser suficiente. Diego conducía muy rápido, era evidente que desde joven fue malcriado, un niño rico y caprichoso. —¿Podrías no ir tan rápido?. Él la miró y fue obediente, bajó la velocidad, tampoco quería tener un accidente. —¿A dónde vamos?—Preguntó la chica mientras veía por la ventana, ella no sabía donde estaban o hacia donde iban, había edificios enormes y lujosos, había tiendas departamentales de ropa de marca, no, Rose nunca antes había estado por esos lugares. Un teléfono empezó a sonar, automáticamente ella pensó que era el suyo, así que buscó su bolso y… —¡No!, mi bolso….Diego Vuelve, dejé mi bolso en el club. —No voy a volver. ¡Ring, Ring, Ring, Ring!... Él sacó su teléfono de

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