«Abrir un paréntesis cuando lo deseemos.» Esa es la propuesta de Ian luego de la noche y mañana que hemos pasado en compañía del otro. El dejo la pelota en mi cancha y decidí jugar. Como dije antes. Soy un adulto y es como jugar este juego. «Jamás pensé que el hombre pudiera hacerme perder la cabeza en medio del acto sexual.» No existieron inhibiciones ni vergüenzas. Ian sabe lo que quiere y da tanto como recibe. «Y vaya que el hombre saber dar.» Bien Brooke, nos reiniciaron el software. Cuchichea mi conciencia que me observa por encima de sus gafas de lectura. La perra es inoportuna. Sin embargo, sonrío ante el espejo del baño mientras me termino de ponerme el bañador. Su cara fue un poema cuando zanje el tema. Creo que el ego de Ian quedo un poco tocado. «Eso le pasa por que