Uno de los días más felices de una mujer debería ser el día de su boda.
«Bien, desecho esa teoría.»
Hoy es un día más en mi vida.
Desde la farsa que estoy por protagonizar hasta el saber que Ulises está en Seattle me tiene al borde de un nuevo ataque de pánico.
—Necesitamos más maquillaje para tapar esas ojeras.
Escucho a Selene hablarle a la maquilladora que ha llegado hace poco.
Ella está con Luisa que está dándole los últimos toques al buque que ha llegado con el vestido.
Los últimos días no he parado de dejar de mirar por encima de mi hombro.
«Tal vez estoy paranoica, pero no quiero llevarme una desagradable sorpresa.»
Me mantengo erguida y con una sonrisa permanente mientras juegan a las muñecas conmigo.
Mi cabello termina en ondas y brilla de una manera que nadie antes ha l
