El sabor y la sensación de sus labios sobre los míos me consumen. Rompo el beso, pero solo para deshacernos del resto de la ropa. Es la primera vez que haremos esto sin que haya algo entre nosotros. De eso se ha encargado Ian, apenas subimos a la habitación. De hecho, me arrojo a la cama antes de apresurarse a su cómoda y el baño, donde termino de arrojar a la basura “las provisiones.” «¿Cuántas veces pensó en este momento? ¿De que no haya nada entre nosotros?» Casi me hace reír, pero sé que no es momento. No cuando estamos desnudos y desliza sus labios por mi columna. La mezcla de dulzura y sal de su piel es adictiva. «De la misma manera que siempre ha sido.» Su boca se aferra a mi cuello… Chupa. Lame. Suspiro de placer. Sabiendo que está dejando marcas, podría enojarme, pero