Los recuerdos de la noche anterior es lo primero que viene a mi cabeza cuando abro los ojos. Junto a mí se encontraba Terrence que dormía plácidamente como si nada le perturbara. Aún podía sentirlo dentro. Me había acostado con el único hombre con que no debí hacerlo, se supone que no me gusta. ¿En serio? Mi conciencia aparece viéndome por encima de sus gafas de sol. La ignoro. A media noche Terrence y yo volvimos a hacerlo, así que no tengo excusa para eso. «Santa mierda, ¿qué he hecho?» Cierro los ojos y cada beso, lamida, caricia, cada una se repite en mi mente como película que no para. Me remuevo intentando salir de su agarre, pero su brazo está soldado a mi alrededor. —Si no dejas de mover tu trasero contra mí, no iremos a navegar y tu familia puede preguntarse dónde estam