¿En qué momento accedí a esa maldita cena? —Dios, Brooke. Debes aprender a decir, no. «Durante toda mi vida eso ha sido un problema. No sé decir no y siempre termino enredada en una serie de complicaciones que solo me llevan a diferentes tipos de desastres.» Mi mirada se dirige al rincón donde tengo las pocas cosas que pude salvar. Aún no encuentro donde cambiarme. Eso significa hacer un depósito y anticipo de mensualidades que no tengo. Miro mi móvil y oscilo entre los contactos. Luisa es mi única amiga. Gracias a ella obtuve el trabajo. Pero no quiero pedirle plaza en su sofá. Sería denigrante. Maldigo mientras doy cuenta de mi sopa instantánea que compre y prepare en la tienda de conveniencia del barrio. Hoy es mi día libre y por lo general iría al mercado de, haría la colada y