Aunque me muera de curiosidad de saber lo que Ian tiene que contarme. Ahora mismo ninguno de los dos piensa es eso. «Supongo que tenemos algo más importante que tratar ahora mismo.» Así que. Cuando estaciona fuera de su casa intercambiamos una sonrisa cómplice. Bajo del auto y a penas miro alrededor. Ian toma mi mano y soy arrastrada al interior solo para detenernos en seco cuando nos encontramos en el vestíbulo a Benson. Su cara es un poema y no sé si le alegra verme o estaba segura de que no volvería a ver mi rostro. «Bueno, tengo una noticia para ella, es muy probable que me vea más seguido aquí.» Me aclaro la garganta. —Benson —digo en modo de saludo. Está asiente a duras penas, ya que Ian tira de mí y una risa tonta brota de mis labios porque sé que él está tan urgido como yo