María Es lunes, me he levantado a duras penas de la cama, sigo pensando en lo que Fabiola dijo, no puedo creer que toda la oficina haya apostado algo tan horrible, malditas viejas envidiosas. Llego a la editorial y comienzo con mis pendientes, es medio día y sigo revisando el reporte que le entregare a Max, tengo unas enormes ganas de hacer pis y me las he aguantado por más de una hora, pero si no voy al baño ocurrirá una tragedia, me levanto de mi escritorio y entro a los baños de la editorial, al parecer no hay nadie, que bueno, así me concentro mejor, mi vejiga libera todo y me siento aliviada, escucho voces cerca y decido seguir concentrada en mi vejiga. — Es que es obvio, Max es el dueño de la editorial, además esta guapísimo, como crees que se va a casar con María – dice una muje