María Gracias a Dios Max ya no está enojado, al menos no conmigo, solo espero que de verdad Alejo no haga sufrir a Ailín. — María hoy en la noche va a haber una cena en casa de mi papá y quiere que vayamos – dice Max, lo miro ceñuda, lo último que quiero es ver a la Sra. Isela mirándome con antipatía — ¿Podemos no ir? – digo y Max niega divertido — Yo tampoco tengo ánimos, pero mi padre ha insistido –dice y sé que no me queda de otra, tendré que soportar las frías miradas de la madrasta de Max *** La Sra. Isela me mira con arrogancia mientras Max y don Emiliano hablan sobre las ganancias de la editorial, sabía que esta cena iba a ser horrible, por suerte, Bruno no está, si no, sería peor, además de soportar las miradas asesinas de la Sra. Isela tendría que soportar las miradas morbos