María La mañana llega y Max y yo llegamos a la editorial, he estado muy callada, Max me ha preguntado más de mil veces que me pasa, solo le digo que nada, si supiera que me muero de ganas por arrastrar a la golfa de su prima. Max se ha ido a su oficina, yo sigo muy molesta y no puedo decirle lo que pienso porque seguramente se va a enojar y me va a tachar de celosa. — Hola – dice Ailín con una amplia sonrisa saliendo del elevador, se acerca a mí y me abraza — Hola – digo y ella me mira con cariño — Vine a ver a invitarte a comer – dice Ailín, la verdad no tengo muchos ánimos, pero sé que lo hace con mucho cariño así que no puedo negarme, miro a Max y a la zorra, promiscua de Florencia salir de elevador, Ailín los mira y rueda los ojos, creo que Ailín también detesta a su golfa prima