Abro los ojos y miro el hermoso y brillante cielo azul, me levanto confusa, miro aturdida las perfectas y maravillosas flores de colores a lo largo del verde pasto, y los grandes árboles con preciosas manzanas rojas colgando.
Tengo puesto un hermoso vestido, miro mis manos, son tersas y suaves, arrugo el ceño ¿dónde diablos estoy? ¿Por qué estoy vestida como princesa? y ¿por qué mis manos parecen de quinceañera?
—Hola – dice una voz suave y dulce tras de mí, me giro y miro a una mujer muy hermosa, con un elegante vestido blanco, sonríe con cariño y me mira con dulzura, es como un ángel
—Vamos, te está esperando – dice y la miro confusa
— ¿Dónde y quien me está esperando? –pregunto confundida, ella sonríe y camina, se me hace conocida, sé que la he visto antes, pero no recuerdo donde, l
