Es fin de semana, estoy de visita en casa de mi madre, la verdad es que no puedo mirarla a los ojos, si se entera de lo que deje que Max me hiciera anoche, seguramente me asesinaría y después arrojaría mi cuerpo a los perros hambrientos. — Entonces, el sábado vamos a hacer la fiesta del bebé – dice mi madre sacándome de mis espantosos pensamientos — Sí, yo te deposito el dinero de la fiesta– digo y mi mamá asiente, mi sobrinito cumplirá 4 años y le vamos a hacer una pequeña fiesta, yo lo adoro, es un niño hermoso y muy travieso, siempre que vengo de visita a la casa me lo como a besos, mi hermana vive en la casa con mis papás ya que su marido se fue a trabajar al otro lado, no le manda mucho dinero, y ella solo tiene trabajos eventuales, yo les ayudo lo más que puedo, además de la mensua