María Entro a la habitación en los brazos de Max, me baja lentamente y miro fascinada la hermosa alcoba, es una especie de bungaló con vista al hermoso mar azul de Tulum — ¿Qué te parece? – susurra Max cerca de mi nuca, haciendo que me estremezca — Está muy bonito – digo y él sonríe, me gira y me mira intensamente, con sus manos acaricia mis labios, cierro los ojos al sentir su contacto, me besa con pasión y le correspondo con ardor, me guía a la cama y me recuesta con cuidado, se coloca sobre mientras me llena de húmedos y exquisitos besos. — Te amo – dice sin dejar de besarme haciendo que un montón de sanciones se desprendan en todo mi cuerpo. Me desviste lentamente mientras sus hábiles manos acarician cada centímetro de mi cuerpo, miro sus penetrantes ojos grises brillar intensamen