Sophie En cuanto cruzamos la puerta de la casa de Logan, él me tomó de la barbilla y me dio un beso tan dulce y suave, que no logré evitar la sorpresa. Hace que se sienta como si besarme fuera lo único que esta en sus planes por el resto de la noche y no estoy en contra de ello. Sus labios parecen apenas moverse, pero provoca que mi cuerpo se comience a calentar a un nivel casi primitivo. Lo agarro por los hombros, no solo con la intención de sostenerme, sino también de acercarlo a mi. Por lo que en la necesidad de cercanía, me paro sobre las puntas de mis pies, rozando nuestros cuerpos. Sus manos están sobre mi cuerpo, recorriéndolo, antes de depositar una en mi espalda baja. Esto solo me ancla contra él. Su otra mano, gira mi cabeza, logrando un mejor acceso a mi boca. Él hombre