Nika
Estaba “Festejando” mi cumpleaños número dieciocho de la forma en que imaginé que lo haría, completamente solo. Mis padres habían olvidado que día era, seguramente perdiéndose en varias botellas de alcohol.
Finalmente había tenido mi maldita transformación, una que sufrí como pocas veces. Había pasado anteriormente fuertes dolores, como a los nueve años cuando mi padre me golpeó hasta dejarme inconsciente o a los doce cuando, según mis padres, caí de las escaleras, quebrando mi brazo izquierdo. Pero nada se comparaba a esto, era una multiplicación de todos los dolores juntos.
Podría haberle dicho a mis amigos, pero luego de lo que ocurrió en la escuela, no tenia ganas de tratar con ellos. Cuando Adarah llamó a los demás basuras, recordé a mi padre, me vi en ellos, sintiéndose
