Durante el viaje en la parte de atrás de la Pick up, los esposos iban atentos mientras disfrutaban de los bellos paisajes que se develaban ante sus ojos, ya que viajaban entre árboles frondosos y otros frutales, vistas al cerro que no tenían nombre de lo hermosas que eran y uno que otro paraje que les sorprendió. Luz iba demasiado nerviosa como para poder sacar su cámara y retratar eso, por los que decidió mejor tener memoria fotográfica esperando que no fuera lo último que viera en su vida. Tiempo después llegaron a un pequeño pueblo prácticamente en medio de la nada, donde las calles no eran de asfalto, algunas de las casas estaban a medio construir y lo que más sorprendió a David fue ver a las gallinas, caballos y perros conviviendo en un mismo espacio en medio de la calle. El lugar