La aventura llegó al siguiente día, cuando un cambio inesperado en la agenda de Luz los llevó a tener un día “libre” en la hermosa Bacalar. Esta vez, fue ella quien eligió que hacer para entretenerse y al ser Luz, David sabía que sería algo del todo extremo, y no se equivocó. ―¿Las tirolesas de Kan kin? ¿Qué pasó con visitar el fuerte? ―No se pudo conseguir el permiso para hoy, si no para mañana, necesito un permiso para tomar fotos de unas cosas.― Explicó ella tierna mientras muy temprano por la mañana salía a la terraza donde David yacía sentado viendo el amanecer con un plato con uvas y fresas que se había preparado. ―Luz, sabes que mi fuerte no son las alturas. ―Vamos, será divertido, además hay un staff, hay personas que nos cuidarán… no pasará nada. Ella se siente a horcaja