[CAELI]
No puedo ni siquiera moverme de aca. Solo me dejo caer contra la puerta de madera, la espalda apoyada como si fuera lo único que me sostiene. El silencio me envuelve, espeso, casi cruel. Y mientras respiro con dificultad, siento estas ganas inmensas de arrepentirme de todo. De salir corriendo tras suyo de Kian. De gritarle que me enamoré como una loca, de pedirle que se quede.
Pero no lo hago.
—No entiendo qué es lo que estás haciendo, Caeli —dice Bruno, su voz me llega desde el final del pasillo, cortando el silencio como un cuchillo.
Me giro apenas, lo justo para mirarlo sin que mis piernas me fallen.
—Hago lo que tengo que hacer —respondo con un hilo de voz—. Él está confundido, Bruno. No me ama… y jamás lo va a hacer. Extraña los momentos que pasamos juntos, sí, pero… en e
