[KIAN] 5 de julio Hay noches en La Pampa que parecen dibujadas a mano. Noches en las que el silencio pesa, pero no molesta; en las que el cielo está tan claro que casi puedo contar las estrellas una por una. Hoy es una de esas noches. Y mientras camino hacia la casa con el anillo guardado en el bolsillo de mi abrigo, siento que el corazón me late demasiado rápido. Hace días que tengo este anillo. Lo elegí en Santa Rosa, en una joyería pequeña atendida por un hombre de cabello blanco que me dijo: “Los anillos que cambian vidas no necesitan demasiados adornos. Sólo sentimiento.” Y eso es exactamente lo que quiero con Caeli: algo simple, honesto, real. La casa está en silencio cuando entro. No escucho ruidos de platos, ni pasos, ni voces. Solo la estufa encendida y el leve susurro del vie

