No fue difícil acoplarme a la manera de ser de mis damas porque de hecho ellas eran iguales a mí, de carácter suave y afables, tan así conectamos que incluso hubo bromas durante la comida, algo que mi nana, por supuesto, no aprobó, lo noté en su mirada.
Al cabo de la tarde, justo al atardecer, cuando la nieve blanca se pinta de tenues tonos amarillos y anaranjados permito que mis damas se vayan a descansar, pues no falta mucho para que Bastian vuelva y yo deseo recibirlo debidamente.
Estoy en mi alcoba leyendo un pergamino, quiero informarme cómo es el norte, al no poder salir del palacio, los libros y los informes en pergaminos son mi única salida de este lugar. Solo así puedo ver el mundo.
Mientras leía mi nana finalmente se me acercó.
Majestad— dice inclinando levemente la cabeza, m
