Mientras intento encender la vela, siento un miedo atroz qué causa qué me tiemblen las manos. “Tranquila” me digo internamente porque no tengo la voluntad para emitir el más mínimo ruido. Estoy en el túnel, un frio y oscuro lugar donde no hay rastro de nada ni nadie. Estoy sola y eso me aterra, saber que estoy sola en esto porque las consecuencias serán graves si alguien llega a descubrir qué no estoy. Cuando logro encender la vela, me doy cuenta de que en el túnel har varias telarañas y vestigios de que aquí se almacenaban cajas de madera, quizás con vino o algo parecido, tal vez para aparentar, aunque es obvio que no se termino de hacer lo que pretendía con este lugar. Comienzo a caminar y al hacerlo doy un leve grito, apenas audible cuando veo pasar una rata qué chilla cuando me ve.

