Seguido a ese abrazo, Ragnar fue con Max a su habitación donde le enseñó algunas pertenencias que aún conservaba de su madre, se sentaron en aquel sofá a tomar un café en lo que ella le contaba varias anécdotas que pasaron en ese lugar. Max estaba feliz de poder tenerla de nuevo a su lado, pero al escucharla y ver ese brillo en su mirada cuando le contaba todo eso hacía que su corazón se fracturara de a poco. -¿Aún la amas?- -Tengo un cariño muy fuerte por ella, pero también estoy muy confundida por todo lo que hizo al final, no puedo entender cómo llegó a hacer todo eso y no tener la confianza de hablar conmigo- -¿Te arrepientes de conocerme?- ella sonríe tomando su mano. -Mi problema es con Helena, no contigo, así que no mezcles las cosas que no me arrepiento de conocerte, ni de las