1 de agosto – 3,390 a. C. Tierra: Villa de Assur NINSIANNA Sus amistades se amontonaron en su pequeña habitación como dátiles secos en un tarro. De los días más benditos para casarse, Arah Ululu, [39] cuando se podía realizar la primera cosecha de grano, a medio camino entre el solsticio de verano y la fiesta de Akitu de otoño, era especialmente auspicioso. Arah Ululu—Está torcido —dijo Mamá. —¡No! —dijo Homa—. Es ella está la que está parándose torcida. torcida—Sí lo está —coincidió Gisou con Mamá—. Cosiste la flor en la costura. ¿Ves? —Tenemos que arrancar ese fleco y rehacerlo —dijo Mamá. —¡Mamá! —gritó Ninsianna—. ¡No hay más tiempo! Durante la última semana, había estado tan ocupada entrenando a las nuevas arqueras que no había tenido tiempo de terminar de bordar su chal de