Leila: Me había enamorado de una casa. Era grande y espaciosa, sin exagerar, con una bella sala con grandes ventanas hacia el jardín. El Jardín era enorme, situado en la parte de atrás, donde se podía correr y jugar, tal vez hacer un picnic. También tenía tres habitaciones, una más que en mi actual apartamento lo cual lo hacía perfecto. Seguí caminando por la sala observando al jardín lleno de nieve imaginando a Emma corriendo junto a Matt. ¿Será malo soñar tanto? me pregunté, porque de ser así yo era totalmente culpable. No podía evitar imaginarlos a los dos y sus locuras de hermanos, cada vez que lo pensaba detenidamente el corazón me dolía, cuando Emma crezca Matt será su padre, hermano y mejor amigo y si tenía la oportunidad yo también quería tener un papel en esa familia. Lo que