—Discúlpalo, lo fastidié mucho y parece que no tuvo un lindo día —me dijo tiernamente con su voz angelical.
—No te preocupes pequeña —le toqué la mejilla fugazmente.
Tomé la bolsa de los libros y con ella tomada de la mano me encaminé a la sala.
—De seguro no me compraste un cuento —dijo tumbándose en uno de los sofás.
—Pues ¿Qué crees? Los cuentos también enseñan y recuerda que yo soy una maestra diferente —le guiñé un ojo.
Se movió hacia el sofá donde me encontraba y empecé a leerle un cuento.
Más tarde me fui a la cama, tenía cierta duda de esa familia de dos por lo que decidí investigar en las redes sobre ellos, la mayoría de fotos que tenía era con su hija, no parecía tener ninguna conquista aunque tenía varias fotos con mujeres pero no parecían fotos comprometedores.
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