—Hemos revisado la casa de la señora pero no hay nada, lo más probable es que se la haya llevado a otro lugar y que quiere huir con ella —dice uno de los policías. —. Ya estamos investigando y hemos puesto una alerta, no podrá ir muy lejos.
—Ahora a esperar ¿no? —arrojo indignado.
—Estamos trabajando lo más rápido que podemos, deberán tener paciencia.
Suspiro frustrado, me paro del sofá para abandonar la sala pero me encuentro con ella avanzando hacia nosotros, detiene sus pasos y me mira a los ojos.
—¿Hay alguna novedad? —pregunta, con los ojos llenos de preocupación.
¿Cómo mentirle? De todas maneras no me servirá de nada hacer eso, aunque no quiero preocuparla.
—No mucho —logro objetar, nervioso e impaciente. Doy varios pasos hacia a ella y la tomo de la mano. —. Pero ya la e
