David Después del atentado mi vida se paralizó por completo pero mi mente no, y ahora que ya puedo moverme estoy más listo que nunca para retomar la dirección de mi empresa, que paulatinamente se la dejé a Lafuente, y sobre todo, a buscar ese castigo para las personas que trataron de hacerme tanto daño; para mi buena suerte ya tenía la pruebas. Así, después de que dejé a Alegra en Ibiza envuelta en un mar de lágrimas, unas que no me esperaba ya que ella está acostumbrada a que me vaya, viajé a Madrid y me hospedé en uno de los hoteles de Lafuente para pasar al menos desapercibido y que no hubiese otro intento de atentado en contra mía. Llegué, le hablé a Alegra, y después entré al baño para darme una ducha rápida y estar listo para ir a la oficina. Estaba harto de estar en cama sin p