—Estás borracho —musito alejándome. La prisión de su brazo baja hasta la altura de mi cintura para evitar que me aparte. Me ignora, se pega más a mí robándose mi escaso oxígeno, las piernas me tiemblan con fuerza como si pudieran deshacerse en cualquier momento. Evan roza mi garganta con los dedos, va bajando por la base de mi cuello dejando una estela de calor a su paso. —Estás borracho —repito, sonó como una súplica. Sigue sin responder, está concentrado en seguir el recorrido por mi costado, deteniéndose en las costillas para apretarme contra su cuerpo. Me estremezco totalmente, percibiendo lo estrecha que se ha vuelto mi ropa. Cierro los ojos, derrotada. —Evan... —suspiro. Él acerca el rostro con intenciones de besarme, y ahí es donde me acuerdo que se ha acostado con Rita Tenny

