—Igual creo que era algo que... —Peter se vuelve a mí y su expresión se endurece nuevamente, lo que comprueba que a Gina le dedicaba al menos un atisbo de sonrisa—. Oh, aquí está la aclamada novia —añade en tono prepotente.
—No sabía que estarías aquí, Gina —admito con una mueca, ella frunce los labios y Peter carraspea. Ahora rueda los ojos, pero se cruza de brazos sin decir nada—. Ya veo que le has dicho sobre el asunto del banquete.
—Se me escapó de pronto —Gina luce avergonzada y Peter fastidiado, me dirige otra mirada afilada y vuelve a carraspear, llamando la atención—. He tratado de apaciguar sus ánimos, pero está difícil el limón con patas.
Casi me sobresalto al escucharla llamarlo así. Peter me lanza una mirada envenenada y me doy cuenta que también le ha contado sobre los apod
