Varias semanas después: 1 de agosto
Muchos años de mi vida han tenido que pasar para vivir un momento como este. Batín azul, nervios, mis manos temblando y sujetando la suya como puedo. No quiero ser un cobarde, quiero ayudarle en este instante donde trae a nuestras hijas al mundo. —Puja Aria.— Le dice el doctor y ella sigue sus instrucciones.
Es valiente, guerrera, y fuerte. Se esfuerza continuamente mientras mi mano es estrujada y solo puedo alentarle —¡Vamos amor, tú puedes!— Le digo fuerte, pero con cariño. Puja nuevamente y es en el preciso momento en que escuchamos llorar a nuestra primera hija que el mundo se detiene.
Todo lo que hemos vivido hasta este instante parece no tener importancia alguna. Los negocios, el dinero, sus logros profesionales... Todo eso significa absolutamen
