La sensación de volver a sentir sus labios sobre los míos es indescriptible. Siento que toco el cielo mientras la beso. Su sabor es exquisito, y a pesar del miedo que sentía porque me rechazase, ha sucedido todo lo contrario, sus labios responden a los míos y se mueven siguiéndoles el ritmo. Mi lengua busca ir un poco más allá y se arriesga a acceder a su boca, se inmiscuye y prueba los rincones de la que hasta este momento yo creía prohibidos. Este beso se está saliendo de control y mis manos recorren de manera ilegal su espalda hasta llegar a sus glúteos y sujetarla para que se siente sobre mí. Ella lleva cada una de sus piernas a cada lado de mi cuerpo y ni siquiera me atrevo a abrir mis ojos para ver la manera que su corto pantalón debe quedarle ahora. Nos es imposible dejar de bes