Nos quedamos en un silencio incómodo. Las palabras se quedan atorada en mi garganta, la cuál me arde por todas las palabras que he dicho. Mi pecho sube y baja lentamente, para poder tranquilizarme. -Adam vendrá conmigo. Tiene que hacer su vida conmigo. ¡No puedes impedirmelo!. -Natalie, por favor te lo ruego. ¡No me separes de mi hijo!. -Es mi última palabra. -¡No puedo creer que no tengas sentimientos Natalie!. -¡Qué no tengo sentimientos! ¡Usted es la que no tiene sentimientos! ¿Cómo se atrevió a separar a Adam de su familia? -Entiende, que tenia mis razones. -¡Ya no me interesan sus razones! Le hizo creer a mi esposo que se llama Ryan; ¡cuándo no es asi! Su nombre es Adam Wilson y es mi esposo. -¿Qué? Ambas giramos a dónde se encuentra la voz que conocemos perfectamente. Tiemb