Por la mañana me despierto sola en la cama, entro al baño a arreglarme un poco y me pongo la camisa de Kenneth, para no ponerme el vestido de nuevo. Cuando bajo está muy entretenido cantando mientras mueve algo en la estufa, solo trae un bóxer n***o puesto y a mi se me esta cayendo la baba. Creo que Kenneth no solo me ha hecho sentir lo que es el erotismo en su máxima expresión, sino también el amor verdadero tal y como lo escribo en mis historias, parece que siente como lo estoy devorando con la mirada porque voltea a verme y sonríe. —Buenos días, pequeña —se acerca y me da un beso. —Buenos días, amaneciste muy alegre hoy. —Claro, ayer logré conquistar a una escritora muy famosa. —Vaya ¿o sea que todo esto, es por mi fama? —Tengo que confesarte que sí, no tienes idea de lo que sient