—Oye este hombre sí que tiene dinero, imagínate vivir aquí —comenta Zury viendo todo emocionada. —A veces el dinero no te da la felicidad. —Tal vez no, pero hace tú vida más fácil. Ella voltea a verme. —Bueno, aunque te entiendo, no creo que cambiaría a un hombre como Kenneth, así me dieran mil fincas. —Exacto, no lo cambiaría por nada. Seguimos caminando cuando de pronto nos alcanza Garret en un caballo precioso, es café y tiene el cabello trenzado. —¡Oh por Dios! Este caballo es hermoso —dice Zury entusiasmada. —Es un pura sangre, estos son los caballos que tenemos aquí. —Es muy hermoso —comento mientras me acerco a tocarlo. —¿Amber quieres dar una vuelta? Zury contesta muy emocionada. —Yo si. Garret le sonríe y la sube, se alejan y yo reviso mi teléfono, me doy cuenta que