Iktan Llego hasta la playa y a lo lejos puedo oírla, está riendo pero no conmigo y tampoco está sola. Lleva un precioso vestido amarillo que contrasta con el color de su piel, es tan fino que el viento juega con él y hace que su vientre se vea mucho más grande. De entre los arbustos sale Nasun, con una brocha llena de pintura y una camisa que revela más piel de la que yo necesito que revele. A Aura no parece molestarle eso, de hecho se ve muy cómoda con él ahí. —Es mejor que descanses un poco, no quiero que te esfuerces demasiado. –le dice y mi sangre comienza a hervir por como le habla. —No te preocupes, Nasun. Estoy perfectamente bien y quiero seguir haciéndolo, además me mantiene con la mente ocupada. —¿Necesitas tener la mente ocupada? Yo puedo ayudar a eso sí me lo permit