—Oh por dios, apenas puedo creerlo. –murmura mi madre desde el otro lado de la línea. —Es fácil de procesar, solo es un embarazo. —Un embarazo, una boda y una mudanza de la que no me hablaste, Aura. ¡Llevas meses allá y no me habías dicho nada! —También me sorprende que no te hayas dado cuenta por ti misma durante todo este tiempo, mamá. Eso quiere decir que en todos estos meses tampoco me llamaste a casa ni me visitaste. –señalo y su voz de reclamo cambia a una nerviosa. —Bueno, sabes que las cosas en casa son algo duras y llevan mucho tiempo, no es que no haya querido llamarte o visitarte, es solo que no había tenido oportunidad. Pero tú tampoco llamaste. –termina por decir y yo pongo los ojos en blanco aunque no me ve. —Alguien trató de matar a Iktan, mamá. Así que tuvimos que ir