Aura —¿Estás bien? –cuestiona Iktan cuando vuelve de contarles un cuento a las niñas. —Sí, solo me siento algo cansada pero supongo que es normal. Hay mucho que hacer en la reserva y el tiempo jamás parece suficiente. —¿Es una queja? –me pregunta pero su tono es divertido. —Claro que no, me encanta hacer lo que hago. Mantenerme ocupada a veces es lo único que necesito para no aburrirme, pero si es cansado, sobre todo con la responsabilidad que tengo como tu esposa. —¿Esa si es queja? —Claro que no, no seas tonto. –le respondo y sonrío porque su cara es de lo más graciosa. —Entonces dime qué te pasa. Has estado muy seria y callada, ¿Hice algo mal? —No lo sé, tú puedes responder a eso. ¿Has hecho algo mal? –cuestiono y su sonrisa se apaga un poco. —No sé, realmente no podría