Aura Con pasajes en mano y las maletas en el otro, los cuatro caminamos hacia la puerta de abordaje para subir a un avión. Nuestro destino es el monte Yuum weenel, ahí donde la abuela aseguró que Bárbara estaría y de dónde tendríamos que traerla. La bolsa que me dió no solo contenía dinero, boletos de avión y hospedaje, sino que también había una larga lista de contactos y direcciones, según ella cada uno de ellos es un amigo que le debe un gran favor y lo pagarán dándonos posada mientras huímos. Ese último término me pone los pelos de punta. —Hay algo que estás ocultando. –asegura la voz de Luka sentándose a mi lado. Yo trato de no verme descubierta y sigo leyendo atenta el libro que tengo en las manos. —No sé a qué te refieres Luka. ¿Acaso te da miedo viajar en avión? —No